El autoconsumo consiste en la generación de tu propia energía eléctrica a través de tecnología solar fotovoltaica, con el objetivo de reducir el consumo y en consecuencia el gasto energético de una vivienda, edificio o empresa
Sácale todo el rendimiento al Sol
La energía fotovoltaica es la transformación directa de la radiación solar en electricidad. Esta transformación se produce en unos dispositivos denominados paneles fotovoltaicos.
Una de las principales virtudes de la tecnología fotovoltaica es su aspecto modular, pudiéndose construir desde enormes plantas fotovoltaicas en suelo hasta pequeños paneles para tejados.
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Los paneles solares se pueden emplear de forma autónoma para generar electricidad para viviendas individuales, pero también a gran escala para abastecer núcleos urbanos e industrias.
Para ello, es necesaria la asociación de módulos fotovoltaicos que permitan la obtención de niveles de potencia eléctrica elevados. Este tipo de instalación se denomina planta fotovoltaica.
Las plantas fotovoltaicas se caracterizan por ser capaces de responder ante altas demandas de electricidad, gracias a sus redes de paneles solares. Y, ¿cómo funcionan estas instalaciones? Muy sencillo: como ya se ha explicado, las placas fotovoltaicas transforman la energía del sol en energía eléctrica, concretamente en corriente continua.
Después, por medio de unos inversores solares se transforma esa corriente continua en corriente alterna, que por último pasa a la red eléctrica para su distribución.